POR QUÉ LUCHAN LOS TRABAJADORES DEL BORDA
“Vaciar la salud pública es el sello de Macri”
Ernesto Balbiano y Ricardo Talavera, dirigentes gremiales de los Talleres Protegidos, explican qué hay detrás de la ofensiva del Gobierno de la Ciudad contra el hospital y por qué defienden la existencia de estos espacios.
La administración macrista pretende desterrar los talleres protegidos para urbanizar el predio, pero la movilización de los trabajadores ha frenado la ofensiva.
Ernesto Balbiano y Ricardo Talavera, secretario general adjunto y secretario gremial, respectivamente, de ATE Talleres Protegidos, explican las causas del conflicto desatado en el Hospital Borda en la madrugada del pasado 8 de agosto, cuando irrumpieron en el vallado perimetral una topadora y personal de una empresa constructora, acompañados por dos patrulleros de la policía metropolitana. Ese mismo día, el Gobierno porteño había aprobado la licitación para construir en los terrenos del Borda un Centro Cívico para albergar parte del personal administrativo municipal. Desde entonces hasta hoy, el Taller 19 se encuentra ocupado pacíficamente por su personal.
Esos talleres forman parte importante del tratamiento de resocialización de los pacientes de salud mental mediante el trabajo productivo, entre otras cosas. Allí los pacientes fabrican muebles, como aparadores, sillas y camas, que se usan en los hospitales de la Ciudad. Balbiano y Tavares inscriben este conflicto en el marco más general de las políticas que aplica el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, con la complicidad de la Asociación de Médicos Municipales, para beneficio de las empresas destinatarias de las tercerizaciones y privatizaciones de los servicios.
–¿Ustedes no sabían que el predio había sido adjudicado?
Balbiano: Para nada, ya que no se respetó el plazo de publicación, que es de cinco días hábiles. Así que nos encontramos con esa novedad, empezaron a juntarse los compañeros que tenían que entrar, corrimos el vallado y nos quedamos ahí. La licitación salió ese mismo día, pero en el Boletín Oficial apareció el 14. Es evidente que la intención del gobierno municipal era hacer una intervención de hecho, irrumpir por sorpresa y empezar la construcción, pero no lo lograron.
–¿Qué explicación les dieron a ustedes?
Balbiano Que esos terrenos no pertenecían más al Ministerio de Salud sino al de Desarrollo Urbano. Pero se movilizaron los compañeros de los hospitales Borda, Moyano y Tovar García y el operativo se frenó. Desde entonces, permanecemos allí [en el momento de la entrevista, llevaban 83 días] pacíficamente, preservando el lugar, ya que hay material, máquinas, que son patrimonios del taller. Hemos hecho dos denuncias penales por estafa e incumplimiento de los deberes de funcionario público. Y una presentación ante el juez Gallardo, basándonos en que no se pueden hacer las obras porque no hubo estudio ambiental previo, como marca la ley, la cesión no está clara y el terreno forma parte del patrimonio histórico de la ciudad por un decreto firmado en 1999.
–¿El Taller está funcionando?
Balbiano: No está funcionando, ya que le han retirado los pacientes. Lo que más nos preocupa es que a seis compañeros les han descontado 53 días, lo que los coloca en una situación desesperante. No hay una sola razón que justifique esta medida, salvo el propósito de intimidar y aplicar un escarmiento a quienes defendemos el hospital público. La persecución que estamos soportando los trabajadores de los hospitales Borda Moyano y de los Talleres Protegidos revela una forma de hacer política que tiene que ver con métodos propios de una dictadura. Talavera: Es muy grave lo que está sucediendo. Es un ataque a la salud pública, que se explica en las políticas macristas que ponen al Estado al servicio de los negocios privados.
–¿Médicos Municipal es parte de ese proceso?
Talavera: La Asociación de Médicos Municipales es el sostén de la política privatizadora de Macri y el sector más privilegiado desde el punto de vista de la estructura escalafonaria, salarial. En el Borda, es el sector que más ha colaborado, con un mecanismo perverso de vaciamiento del hospital que consiste en darles de alta o trasladar a pacientes que no están en condiciones de ser externados.
–¿Una suerte de desmanicomialización privatista?
Talavera: Exactamente. Es un mecanismo por el cual los privados se quedan con una parte del presupuesto público. Te doy un ejemplo. Teníamos un paciente que venía casi todos los días; quería trabajar en el Taller 19 y como lo encontraba cerrado andaba medio bajoneado. Entonces, Servicio Social lo afilió al Pami, lo sacaron del Borda y lo llevaron a una clínica privada. Lo sacaron de un lugar donde podía salir, caminar, para enclaustrarlo en un manicomio, porque las clínicas privadas verdaderamente son manicomios, un lugar donde nadie puede entrar. Balbiano: Además, se acentúa la desinversión para favorecer los negocios privados. En la gestión de Macri, se ejecuta sólo 47 por ciento del presupuesto de salud.
–¿Qué dice la Ley de Salud Mental de la ciudad respecto de la descentralización de la atención de los pacientes hospitalarios?
Balbiano: Habla de atención comunitaria y de la participación de ONG, y ahí abre una puerta para la privatización. En el Borda y el Moyano, hay una cantidad de pacientes que por su deterioro, su edad o porque padecen demencia no llegan a reinsertarse. Pero los sacan y los mandan a una clínica privada, a lugares pequeños, con pésima atención y sin regulación ni control del servicio. Tavares: En lo que hace a los derechos de los pacientes, la ley es buena; por ejemplo, abrir casas de medio camino está bien. ¿Pero cual es la intención? Privatizar, porque aplican la ley como ellos quieren. Nosotros estuvimos en contra de la ley, que contiene muchas de las políticas de salud dictadas por el Banco Mundial.
–¿La ley se sancionó en el 2000?
Tavares: Sí, pero venía de los ’90. Se gestó en plena etapa neoliberal, y sigue los lineamientos del documento Invertir en Salud, del Banco Mundial. Allí se plantea terminar con los hospitales monovalentes para que la especialización pase a manos privadas, fundamentalmente de capitales extranjeros aplicados a la mercantilización de la salud. Se trata de terminar con el hospital escuela, donde se investiga, se enseña y se experimenta. Balbiano: En el Borda, hay 14 cátedras y se atienden 200.000 consultas anuales, pero hay muy pocos psicólogos. Y ya no se admiten más ingresos; por eso, hay muchos pacientes judiciales. Como no hay camas para recibirlos, los familiares, desesperados, recurren a los tribunales. Por otra parte, internar a alguien es mucho más difícil con las leyes vigentes. Tavares: Entonces, lo que se busca es que la salud mental sea una partecita de un hospital general, porque el propósito es apoderarse de los hospitales especializados como el Ferrer, de vías respiratorias; el Muñiz, de enfermedades infecciosas; el Udaondo, de gastroenterología; el Santa Lucía y el Lagleyze, de oftalmología. Balbiano: En el Borda, ya cerraron Traumatología, Hemoterapia y Neurociencia. Antes, se atendían pacientes del barrio, ya no, cerraron todos esos servicios. Cada vez más es una cáscara vacía. Es el sello de Macri.
Dardo Castro
Es La Vanguardia que vuelve
La histórica editorial organiza una presentación de sus nuevos títulos, con la participación de los autores.
Búsqueda
Hoy “no mandan los gringos, sino los indios”
Falta completar el cambio y profundizar algunas políticas, dijo Morales.El presidente de Bolivia se comprometió a reducir la pobreza a un dígito en los próximos cinco años. Y destacó la lucha del pueblo, que dejó atrás un estado “colonial, mendigo limosnero” para contar con un país digno.
"Hoy pusimos fin al lucro en nuestra educación"
Multitudinarias manifestaciones juveniles reclamaban estos cambios.La presidenta del Senado de Chile destacó la importancia de los cambios aprobados, por los que se regula la admisión, se elimina el financiamiento compartido y se prohíbe el lucro en establecimientos educacionales con fondos del Estado.
“América Latina es toda feminista”
El discurso de los medios estuvo en el centro de los cuestionamientos.Convocadas para repudiar el femicidio y la violencia machista, unas 150.000 personas se dieron cita en la plaza del Congreso. Entre el fervor de las militantes y los cambios que traen las nuevas generaciones.