RIGOBERTA MENCHÚ EN LA ARGENTINA

De visita en Buenos Aires para participar en el Foro Latinoamericano por la Identidad y la Integración y recibir además el Doctorado Honoris Causa en la Universidad de Quilmes, la Premio Nobel y dirigente indigenista guatemalteca Rigoberta Menchú disertó en agosto pasado en la Casa Patria Grande de la Ciudad de Buenos Aires ante un grupo de dirigentes y militantes de diversas organizaciones del campo nacional y popular.

En su exposición, describió la situación política de la izquierda en su país y Centroamérica e hizo un balance entre las fortalezas y debilidades que enfrentan. A la vez, llamó la atención acerca de la necesidad de que los gobiernos progresistas de la región se comprometan a colaborar más decididamente en escenarios como el de su país, en que las fuerzas de izquierda deben confrontar, desde la oposición, con gobiernos de profundo corte conservador.

Por otra parte, Menchú afirmó que la izquierda latinoamericana aún mantiene una deuda con respecto a las reivindicaciones de los pueblos originarios, cuestión que se expresa en las permanentes tensiones entre los gobiernos progresistas y los movimientos sociales de corte indigenista. En este sentido, expuso su visión crítica con respecto a los programas integracionistas, mayormente fracasados, y propuso como alternativa el despliegue de estrategias de complementariedad entre las comunidades originarias y los programas desarrollistas gubernamentales.

Finalmente, comentó la experiencia que lleva adelante con la conformación de Winaq, partido político indigenista que, junto a otros de la izquierda guatemalteca, conformaron la alianza electoral Frente Amplio, con la que participaron en las elecciones de setiembre de 2011. Al respecto, señaló que, más allá del resultado electoral que los ubicó en el quinto lugar con 16% de los votos y de las impugnaciones arbitrarias de todo tipo que sufrieron, lograron el objetivo de salvar a las fuerzas de la izquierda de su desaparición orgánica.

En cuanto al Winaq, señaló que se encuentra plenamente abocado a un proceso de desarrollo y fortalecimiento organizativo, basado en los principios de equidad étnica, el aporte de las nuevas generaciones y los militantes más experimentados, y la participación igualitaria de mujeres y hombres.