Un largo camino

El Código Civil fue aprobado a libro cerrado en 1869. Sus principios fundamentales se basaron en las ideas filosóficas imperantes en la época: a) principio de autonomía de la voluntad; b) responsabilidad fundada en la culpa; c) derecho de propiedad absoluto y d) familia fundada en el matrimonio indisoluble.

Desde su sanción hasta el presente varios temas fueron reformados: el matrimonio civil (1988), los derechos civiles de las mujeres (1924), la adopción (1948 y 1971), la propiedad horizontal (1948), el derecho a la intimidad (1975), la patria potestad (1985), el divorcio vincular (1955 y 1987), entre otras. Y también tuvo una modificación global, sancionada en 1968, que afectó 200 de sus más de 4.000 artículos y consagró la teoría del abuso del derecho, el principio de buena fe como pauta de interpretación de los contratos, la limitación al carácter absoluto de la propiedad, la reparación amplia del daño moral y la separación personal por presentación conjunta, entre varios más.

A lo largo del siglo XX, fueron presentados tres proyectos de reforma integral del Código Civil. El primero, llamado Anteproyecto Bibiloni, cuya comisión de estudio se constituyó en 1926 y trabajó por espacio de diez años, no fue tratado por el Congreso Nacional. En 1954, se intentó por segunda vez una reforma total que produjo un nuevo anteproyecto, que tampoco llegó a ser tratado por el parlamento debido a su disolución por el golpe de estado de 1955.

El tercero data de 1986 y constituyó una propuesta verdaderamente modernizadora y humanista pero no llegó a convertirse en ley debido al veto total dispuesto por el presidente Carlos Menem considerándola inadecuada a la situación política y económica por él propiciada.

El año pasado, Cristina Fernández de Kirchner convocó los jueces Ricardo Lorenzetti, Aída Kemelmajer de Carlucci y Elena Highton de Nolasco con el propósito de redactar un nuevo código unificador de las materias civil y comercial. Los juristas elevaron una propuesta y este año el Poder Ejecutivo, agregando sus pareceres, la remitió al Congreso.

En plena etapa de discusión del proyecto, La Vanguardia quiso ser parte del debate y convocó a dos destacados abogados para opinar respecto de una reforma que en muchísimas cuestiones influirá concreta y decisivamente en la vida de las personas.

Guillermo F. Torremare