EL SIGILOSO VUELO DE DICIEMBRE DE 1983

En diciembre de 1983, un avión Hércules de las fuerzas armadas argentinas aterrizaba en la base española de Gando, al este de la Gran Canaria, con documentación sobre el terrorismo de Estado, que probablemente incluía listas de desaparecidos, según recuerda el diario Público.

Por Daniel Vilá. Especial para lavanguardiaweb

El diario digital Público, vocero del progresismo español, difundió hace pocos días una información firmada por el periodista Danilo Albin que, insólitamente, no ha tenido hasta el momento ninguna repercusión en los medios de comunicación argentinos. Según la publicación, que se basa en un informe policial elaborado el 2 de junio de 1997 a instancias del juez Baltasar Garzón —que por entonces investigaba los asesinatos de ciudadanos españoles en la Argentina—, un avión Hércules C-130 de las fuerzas armadas argentinas, aterrizó el 19 de diciembre de 1983 en la base de Gando, al este de la isla de Gran Canaria, con una carga muy particular: la “documentación clasificada relativa a la lucha contra la subversión”, eufemismo con el que se encubrían los asesinatos, torturas y apropiación de bebés y, según un testigo, contenía las listas de desaparecidos.

El vuelo formaba parte de otros 15 que fueron autorizados por el gobierno “socialista” de Felipe González y los registros de los viajes fueron eliminados según consta en la Audiencia Nacional de España. Además, tres de los tripulantes de la aeronave no fueron registrados por el Servicio de Emigración ni por los funcionarios de Aduanas. La tripulación —integrada por otros cinco militares que sí fueron identificados al llegar al aeropuerto— pasó la noche en el hotel Cristina donde disponía de habitaciones reservadas por el Consulado argentino en Las Palmas. Cuando Garzón intentó hacerse de los registros, en el hotel le respondieron que habían sido destruidos dado el tiempo transcurrido, el mismo argumento que utilizaron en el aeropuerto de Gando.

La nota añade que el destino final habría sido la localidad francesa de Chatearoux-Deols, desde donde los militares argentinos se habrían dirigido por tierra a la localidad de Lugano, Suiza.

A fines de 1984, el gobierno de Alfonsín habría intentado recuperar los archivos ocultos en una caja fuerte de una entidad bancaria suiza, misión que —según los documentos de la Audiencia Nacional española a los que “Público” tuvo acceso— se le encomendó al agente Pablo Valle, que en los 60 había trabajado para la CIA. La operación fracasó ya que el referido sujeto desapareció en Ginebra y una versión no confirmada indica que habría vendido las claves secretas de las cajas a un gobierno occidental por una suma cercana a los 30 mil dólares. Se ha podido confirmar, en cambio, que efectivamente la dictadura cívico-militar-eclesiástica contaba con una cuenta en un banco suizo a nombre del Ministerio de Relaciones Exteriores.

La misma fuente indicó que también se habría utilizado la base de Gando como escala para un traslado de documentos secretos a Israel en el vuelo SDA-B-707 con destino a Tel Aviv que reportó su aterrizaje en Gran Canaria a las 15.30 del 13 de diciembre de 1983.